Son muchas las ocasiones en las que escuchamos y leemos acerca de las estrategias y técnicas de comunicación para abordar una crisis; una crisis como consecuencia de malos resultados; una crisis derivada de una alineación con la que la afición no está de acuerdo o una crisis, incluso, extradeportiva. Sin embargo, rara vez analizamos y reflexionamos qué mensajes tiene que lanzar un entrenador cuando las cosas van “viento en popa”, o, como diría Luis Enrique, hoy, 30 de noviembre, cuando “estamos viviendo una época dulce”.
Al igual que ocurre en situaciones de crisis, también los momentos “felices” exigen cierta disciplina comunicativa para evitar caer en la euforia y la soberbia; y más en el relato deportivo; en un relato lleno de incertidumbre donde hoy eres el héroe de la película y mañana, como consecuencia de un simple empate, eres tachado como el culpable; el único culpable.
Los momentos “felices” exigen cierta disciplina comunicativa para evitar caer en la euforia y la soberbia; y más en el relato deportivo; un relato lleno de incertidumbre
Itziar García- Digital Consultant de Comunicar es Ganar
A continuación ofrecemos unas pinceladas o principios basados en uno de los libros de estrategia más citados y reconocidos, “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu, sobre cómo debe comunicar el míster que se encuentra en un buen momento; en un momento en el que no es cuestionado ni por la directiva, ni por los jugadores, ni por la afición.
“El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar”
1. Valor para atacarse a uno mismo: uno de los riesgos del equipo que atraviesa una buena racha es la autocomplacencia; la relajación de los jugadores; el exceso de confianza. Por ello, y con el objetivo de mantener la tensión y el carácter competitivo de tus jugadores, es importante lanzar mensajes de cierta “autocrítica”; una “autocrítica constructiva” que impregne en los jugadores deseos de mejora y superación. Simeone, uno de los mejores técnicos si analizamos su comunicación, es un buen ejemplo a la hora de aplicar esta táctica; el pasado miércoles, siendo segundos en Liga, lanzó un mensaje de este tipo: “necesitamos más precisión en ataque”, “el objetivo es superarnos a nosotros mismos”. ¿Quién es en este mensaje el enemigo? ¿A quién ataca el técnico colchonero? Al propio equipo, al colectivo; todo ello, en aras a la mejora continua; convierte a tu propio equipo en su máximo rival; céntrate en motivar a tus jugadores; lanza mensajes internos para que la victoria no dependa del juego de los adversarios, sino de la fortaleza, técnica y capacidad de los tuyos.
“Se extremadamente sutil, incluso hasta el punto de lo informe. Se extremadamente misterioso, incluso hasta el punto de la ausencia de sonido”
2. Comunica ambición, pero de manera inteligente: concepto derivado de la primera premisa. El conformismo no es buen consejero, y por ello, los entrenadores no pueden bajar la guardia y han de lanzar mensajes “aspiracionales”; es más difícil atacar a un blanco en movimiento que atacar a un blanco fijo; si los resultados acompañan y solo tienes buenas palabras hacia los jugadores, mimándolos en exceso, es posible que una simple derrota o empate haga saltar las alarmas; cabe la posibilidad de que uno de los stakeholders, los medios de comunicación, te tachen de “conformista y proteccionista”. Uno de los ejemplos de esta técnica la vimos recientemente de manos de Luis Enrique, que después de la victoria ante la Roma en la Champions (6-1), advertía que lo mejor estaba por venir; mensaje en el que subyace cierta presión para los jugadores; mensaje en el que se les exige más para colmar las aspiraciones no solo del míster, sino de la afición…y de los medios.
“Si tus soldados, tus fuerzas, tu estrategia y tu valor son menores que las de tu adversario, entonces debes retirarte y buscar una salida”
3. Prevenir los posibles ataques de los diferentes grupos de interés: ¿quién puede ser el adversario para un entrenador desde el punto de vista de la comunicación? ¿Quién puede poner en entredicho tu valía a pesar de que los resultados te acompañen? Los diferentes grupos de interés, públicos objetivos que no has cuidado de antemano (periodistas, jugadores que no entran habitualmente en el once, capitanes, juntas directivas, etc). Por eso, bien antes de empezar con tu nuevo proyecto, o ahora que estás en racha, es el momento de hacer especial hincapié en consolidar las relaciones con los medios, afición y jugadores; es el momento de ganarte su cariño; el momento de la comunicación. Y no nos referimos solo al reconocimiento técnico, sino también personal. Hay que ir más allá.
¿Qué hubiese ocurrido si Nuno, entrenador del Valencia, se hubiese ganado ese reconocimiento? A pesar de haber ganado sus dos últimos partidos con holgura (3-0 y 1-5), las gradas no paraban de pedir su dimisión; los medios valencianistas criticaban sin cesar al técnico. Su decisión de dejar a Negredo en la grada no tenía perdón. Finalmente, ayer, tras la derrota ante el Sevilla, no tenía opción. Su etapa en el equipo ché había terminado. Según los medios, había adoptado y comunicado su decisión al presidente antes del partido.
“Cuando las órdenes son razonables, justas, sencillas, claras y consecuentes, existe una satisfacción mutua entre el líder y el grupo”
En definitiva, prevenir es mejor que lamentar; ahora que tienes margen de maniobra, bien porque eres “nuevo” o bien porque estás en racha, trabaja la comunicación tanto externa, pero, ante todo, interna.