Hay que ver cómo nos gustan las buenas películas y cómo necesitamos vivirlas y tomar partido en ellas. Y si no, solo tenemos que observar el gran serial Valentino Rossi vs Marc Márquez (Honda – Repsol) con el que nos están agasajando escuderías, pilotos y medios de comunicación en estos últimos días. Incluso los respectivos gobiernos parece que también quieren ser actores. Y es que hace tiempo que el deporte no es solo lo que ocurre dentro de la carrera, del campo de juego, sino muchas veces lo que se origina y desarrolla fuera. Teatro para muchos, juego de intereses para otros, pero desde luego buenas tramas (con sus nudos y desenlaces) y mejores interpretaciones. Es decir, lo que el viejo Stanislavski, fundador del Teatro del Arte de Moscú y precursor del ‘método’, defendía como “la verdad a través de nuestras actuaciones públicas”.
Y el deporte, como el cine o el teatro, está para generar verdad (credibilidad) a través de nuestra proyección de imagen (trabajo). Eso es al menos lo que se espera de los personajes que forman parte de él, de sus puestas en escena, de su guión… y, sin duda alguna, en esta película todos tienen un papel y un objetivo. Como muestra, echemos un vistazo a la (pen)última portada sobre Mourinho en The Mirror. Puro cine, secuencias correlativas en el tiempo con fotografías sobre el descenso a los infiernos de este entrenador, ‘malo malísimo’ para unos y ‘The Special One’ para otros.
Nota 1. ¿Qué más da la portada que publique este u otro medio mañana? ¿Acaso no intuimos que en estas horas habrá una “portada” con Mou como actor principal? ¿Acaso los medios no generan historias con personajes, guiones y conflictos en base a las cuales nos predisponen para conformar emociones, actitudes y estereotipos, y participar en las historias en torno al deporte?
Por ello, la cuestión ya no es tanto si un entrenador, un tenista o un futbolista quiere participar en esta película -en esta dimensión social y mediática del deporte-, sino si está preparado para participar en ella. Y en esta dimensión la construcción del personaje y su comunicación resulta esencial. No mete goles pero genera ocasiones y visibilidad; no evita las derrotas pero te ayuda a amortiguar el impacto de una mala racha deportiva con un buen trabajo de reputación; no te hace más listo/a ni más guapo/a pero permite que los que te siguen te conozcan más y mejor, y los que aun no lo han hecho, tengan menos motivos para no hacerlo. Hablamos de aficionados, de sponsors, de medios de comunicación no afines. Hablamos de convertir marcas blancas en imágenes de marca, de preparar la puesta en escena de estos actores, de proyectar su voz en otras ruedas de prensa (redes sociales), de ayudarles a descubrir su verdad en esta película. Ya lo dijo el entrenador con más títulos de la Euroliga de baloncesto, Željko Obradovic, “el éxito es que tus jugadores te crean”. Y para que te crean… antes tienes que generar confianza.
Para saber qué tipo personaje eres en la escena pública te proponemos un pequeño juego. Solo tienes que contestar verdadero o falso a cada una de las siguientes afirmaciones hechas por el mencionado Stanislavski (y que adaptamos al deporte):
1. Para un actor (y los deportistas y entrenadores lo son) la palabra no es simplemente un sonido, es una evocación de imágenes. De manera que cuando están manteniendo una comunicación verbal en escena (una rueda prensa/entrevista) no hablan tanto al oído como al ojo. (verdadero o falso)
2. Hay una relación directa entre el tempo, el ritmo y los sentimientos provocados con nuestras intervenciones públicas. Se trata de encontrar lo primero y adecuar las palabras adecuadas. Si hay sintonía en ello habrá verdad, habrá sentimiento, habrá una actuación real. (verdadero o falso)
3. Un carácter bien formado, un carácter entrenado en la fortaleza, es sumamente importante para gestionar el éxito y el fracaso, pero sobre todo la incertidumbre. Despiertan más curiosidad los dos primeros porque llaman más la atención. Son evidentes y palpables los dos primeros, pero mientras buscas el uno o padeces el otro, hay muchísimas horas y días de incertidumbre. (verdadero o falso)
Nota 2: Si has contestado que todas las afirmaciones son falsas: Personajes planos, vacíos y previsibles. Harán bien en apostar toda su imagen de marca a lo que sucede en el terreno de juego. Fuera de él, son marcas blancas.
Nota 3: Haber contestado todo verdadero no te hace más feliz, ni más guapo/a, pero te acerca a la máxima defendida por el científico alemán Einstein: ‘esperar resultados distintos haciendo lo mismo de siempre es de locos’. La parte que está en nuestras manos, lo que podemos controlar y trabajar, nos ayuda a ser más dueños de nuestros actos, de nuestras consecuciones y, sobre todo, de la dignidad con que gestionemos tanto los éxitos como los objetivos que se tuercen en un momento dado. Hablamos de imagen de marca, de verdad y de credibilidad. Y esto también se trabaja.
Y mientras tanto, sigamos con el serial. Disfrutemos de las buenas películas.