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Cómo los grandes entrenadores construyen discursos con los que movilizan y contagian desde la misma sala de prensa
Lo han vuelto a hacer. Apenas acabaron los 90 minutos del que año tras año se convierte en el partido de las estrellas, de los focos (más de 185 países observando) y de las audiencias millonarias (más de 650 millones potenciales), los entrenadores del F.C. Barcelona y Real Madrid bajaron a la rueda de prensa para dejar su huella, sus impresiones… o quizás únicamente para responder a las preguntas. Y es que, como destaca el reciente estudio ‘El Clásico’. Más Allá de las Palabras, tanto Luis Enrique como Zinedine Zidane desaprovechan parte del potencial que ofrece su perfil público como entrenador de élite en las ruedas de prensa e intervenciones públicas previa y postpartido. Si la previa fue fiel a lo que se espera de ella, tranquilidad, contención y confianza. La post, una vez más, sirvió entre otros aspectos para remarcar:
1) La ausencia de un discurso estratégico, de un relato más allá del partido que proteja y permita entender decisiones y explicaciones del entrenador;
2) La falta de entreno y preparación (verbal, paraverbal y no verbal) para llegar a respuestas convincentes a preguntas incómodas;
3) Que los grandes entrenadores no siempre saben comunicar la derrota, el empate o la frustración. Y esto acaba pesando más en su propia reputación e imagen de marca que en la del propio club.
Luis Enrique marca titulares, pero no la diferencia con su comunicación’
En el caso de la rueda de prensa postpartido, el entrenador culé apostó por una péntada formada por elementos (verbales, no verbales y paraverbales) que incidieron en mensajes de cierta frustración. Nuevamente se observaron gestos poco convergentes (mano en boca, balanceo de hombros, cejas arqueadas, mirada ausente en planos de escucha y respuesta). Utilizó, asimismo, varias estructuras sintácticas que invitaban a la dilación: “y bueno… y bueno… y nada… y a seguir” y empleó un tono con el que quiere marcar cierta distancia y ganar tiempo respecto al periodista: “Hoy creo que no estoy para dos preguntas”.
En términos de comunicación, Luis Enrique tiene un gran desafío por delante: tratar de poner en valor aspectos que sí que maneja y gestiona de manera eficaz. Tal es el caso de su gran registro, su capacidad para colocar titulares (‘Hoy el fútbol no ha sido justo con nosotros’, es un gran ejemplo), o el dominio de los tempos de una rueda de prensa. Es un entrenador que enseña, pero debe hacerlo al tiempo que domina ese exceso de carácter que tanto le penaliza en términos de comunicación no verbal y relación con los medios. Si es capaz de hacerlo, seguramente podamos verle en posiciones más altas del ranking. Al fin y al cabo, su 10º puesto en el GlobalTop20 del CoachReputationRanking no se corresponde con la proyección e imagen de marca de un banquillo y club como el F.C. Barcelona. Lo podremos comprobar en la próxima oleada del ranking (enero 2017).
Zidane proyecta una puesta en escena impecable, pero sin capacidad de cambiar de registro
No es lo mismo responder, que colocar. En el caso del entrenador blanco se observa una puesta en escena sobria, más tranquila y nada histriónica en comparación con su máximo adversario. Su manejo de la triangulación corporal (cabeza erguida, antebrazos sobre la mesa y manos reposando una en la otra) proyecta un relato de protección, seguridad y equilibrio que, ya por sí solo, se basta para acentuar las deficiencias de su colega de banquillo en el F.C. Barcelona. Buen contacto visual con el periodista en planos de escucha y respuesta que ayuda a generar empatía. Las fortalezas del entrenador francés son las debilidades del asturiano, y viceversa. A lo largo de las ruedas de prensa analizadas, y la rueda post de Zinedine Zidane es un buen ejemplo, se evidencia gran dificultad por salirse del guión marcado por los periodistas con sus preguntas. Así como también por proyectar titulares en los medios (‘Bueno, no sé si es justo o no, es lo que hay’). Es un líder tranquilo, un entrenador que aprende (aspecto que de manera astuta reseña en cada rueda de prensa), pero que ante preguntas incómodas o malos resultados evidencia carencias -incapacidad de transmitir mensajes estratégicos- que tendrá que trabajar si quiere que no le jueguen una mala pasada. Actualmente, ocupa el 8º puesto en el GlobalTop20 del último CoachReputationRanking y es seguro que tendrá que mejorar en esta parcela para ser más eficaz en su comunicación.
En conclusión, una reflexión. El empate en este primer Clásico de LaLiga 2016/2017 entre F.C. Barcelona y Real Madrid es el mismo empate que consiguen sus respectivos entrenadores en términos de comunicación (no verbal, verbal y paraverbal) desde la sala de prensa. Y en este sentido, no hay mucho que celebrar para uno y otro entrenador. Ambos construyen discursos lineales y predecibles. Sin embargo, a pesar de este empate como muestra el análisis de sus respectivas ruedas de prensa, a ojos de los medios parece que hay un vencedor y un derrotado. ¿Será que en las ruedas de prensa también se juegan estos partidos? Lo cierto es que cuando no eliges bien las palabras, ni tus discursos, acabas desenfocando la realidad y desenfocado ante aficionados y periodistas.